Nueva Evangelización, aprendizaje y redes sociales


Las redes sociales constituyen un estupendo sustrato sobre el que construir un entorno de aprendizaje informal. El intercambio de material multimedia propicia que nos detengamos a leer, escuchar o ver lo que nuestros amigos nos mandan y que aprendamos de lo que leemos, escuchemos o veamos. Si a este intercambio de material unimos el intercambio de opiniones en forma de diálogo, tenemos en entono ideal para aprender sin casi darnos cuenta.
Por lo tanto, podríamos plantearnos la existencia de oportunidades de formación-evangelización asociadas a las redes sociales virtuales, que tengan relación directa con los intereses de un grupo de personas. Podríamos pensar en diversidad de cosas que aprender o entender, ¿Por qué no utilizar este tipo de entorno para la Nueva Evangelización?
Muchas personas se reúnen en grupos virtuales y hay muchas de ellas que tienen interés en la Fe. ¿Por qué no evangelizar mientras nos relacionamos?
En la carta apostólica “Ubicumque Et Semper” Benedicto XVI expone los motivos y acciones que deben de guiar a la Nueva Evangelización. En el artículo 3,4 se indica que uno de los objetivos a conseguir es “estudiar y favorecer el uso de las formas modernas de comunicación, como instrumentos para la Nueva Evangelización
Los nuevos medios de comunicación social no sólo nos sirven para comunicar noticias y opiniones, sino que pueden ser utilizados para evangelizar-formar a aquellas personas que tienen dificultades de acceso a sus comunidades reales. Lo ideal es plantear la Nueva Evangelización como una tarea de auto aprendizaje guiado y que esto se realice de forma colaborativa.
¿Cómo llevar esto adelante? No es simple, pero tampoco es un problema de física cuántica. El problema principal es el planteamiento que tenemos que hacer para que sea eficaz nuestro esfuerzo. Algunos de los peligros son:
·    Riesgo dispersión. Si no existe una dirección clara y unos objetivos claros, la dinámica de auto aprendizaje colaborativo puede venirse abajo.
·     Conflictos/ausencia de liderazgo. En un grupo social, es posible que aparezcan varios líderes que tengas visiones diferentes e incluso se planteen misiones diferentes. También es posible que nadie tome la delantera para nada. En estos casos hay que saber promover un liderazgo sano.
·      Cansancio. Si la tarea a realizar se presenta más larga de lo esperado, el grupo puede terminar por aburrirse del tema y abandonarlo.
·      Gestión de la heterogeneidad. Cuando se detectar diferencias sustanciales entre la capacidad de unas personas y otras, es necesario propiciar la ayuda mutua como herramienta imprescindible. Por ejemplo, ante una pregunta del participante X, se indica… seguro que el participante Y puede explicar perfectamente lo que no entiendes.
Por ello siempre es conveniente disponer de un diseño claro de la acción formativa y disponer de una supervisión que guíe y dinamice el desarrollo de esta. Pero la supervisión no debe llegar a actuar más allá de las funciones de motivar a los integrantes del grupo, para que sean ellos los que realmente realicen el proceso formativo.
¿Qué actividades se pueden realizar? Dependerá del grupo que tengamos a nuestro cargo. Se tendría que estudiar que deficiencias en la evangelización presentan e incluir actividades sencillas que sirvan para ir avanzando. Un posible esquema de actuación seria:
1.     Plantear un tema o pregunta anzuelo, para ver qué interés tiene.
2.     Anotar qué reacciones causa y quienes las protagonizan
3.     Propiciar el diálogo sobre las opiniones emitidas.
4.     Ofrecer material para que se lea, vea o escuche.
5.     Propiciar el diálogo sobre el material
6.     Ofrecer las conclusiones que se haya obtenido sobre el tema
7.     Propiciar que haya crítica a las conclusiones para enriquecerlas
Este esquema se acerca a lo que en psicología se llama diálogo estratégico y debe tener en cuenta sus premisas:
·         Preguntar antes que afirmar.
·         Pedir comprobación antes que sentenciar.
·         Evocar antes que explicar.
·         Actuar antes que pensar.
Esto se puede llevar a cabo dentro de la dinámica normal del grupo y se puede plantear como un simple juego en que participen todos los que quieran. ¿Y que sucede con quienes nos participan? No sucede nada, normalmente serán personas que lean y aprendan sin que se note.
Lo ideal es que le proceso de aprendizaje-evangelización sea algo tan natural que no se note ni rompa los esquemas de comunicación del grupo. Debe ser algo que dé valor al grupo sin que reste nada a cambio.
Si nos ponemos algo técnicos es interesante considerar que las acciones que realicemos busquen:
a) Facilitar experiencias de aprendizaje-evangelización a través del diseño de la actividad.
b)    Propiciar y ayudar a los participantes aprendan en base a sus propios intereses.
c)   Mostrar y vivir el valor de la comunidad mediante el respeto mutuo y la confianza
No conviene pensar en grandes acciones y actividades, sino en pequeñas gotas de evangelización que se disfrutan y se viven en común, para beneficio de todos.

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