La tecnología y el espíritu.




Hoy comparto con usted un video y una reflexión a partir de lo que verá en el. El video se denomina una sociedad en Red (Networked society) y está realizado por una conocida marca comercial. Dejemos en segundo plano la marca y fijémonos en lo que nos transmite el video.

Seguramente, estimado lector, habrá notado que el video transmite una emotividad casi religiosa. La experiencia tecnológica que allí se ve, nos habla de una realidad que está implícita en la realidad física, pero que no vemos de manera directa. Nos dice frases como “Cuando una persona conecta, su vida cambia” “con todo conectado, el mundo cambia” “un mundo conectado, es sólo el principio”. Pero ¿La conexión representa una transformación real de las personas?

La transformación de las personas conlleva un cambio en su ser y no se consigue únicamente con herramientas y tecnología. Por mucho que estas herramientas nos acerquen unos a otros, no es la herramienta la que transforma, sino quien tenemos delante y lo que nos transmite. La semilla del cambio parte de aquellos con los que compartimos lo que somos y hacemos.

Por estas autopistas de la comunicación, que nos unen, no sólo se emite bondad, cercanía, misericordia y paz. Estos caminos, como las antiguas calzadas romanas, comunican lo que cada cual lleva dentro y no siempre es algo bueno.

Las calzadas romanas llevaron civilización y devastación. Bondades y odios. Riquezas y pobrezas. También fueron el soporte de unos pies que incansablemente transportaron la Buena Noticia a todo el que la quiso escuchar. Los Apóstoles y discípulos de Cristo las recorrieron y transformaron el mundo. No fueron las calzadas las que transformaron nada, sino quienes las utilizaron.

Las nuevas calzadas son las tecnologías de la Información y nosotros somos los nuevos apóstoles de Cristo.

Tomo un párrafo de la entrada “Homo technologicus, homo spiritualis” del blog Cyberteología del P. Spadaro:


La tecnología no es una forma de vivir la ilusión de dominio sobre las fuerzas de la naturaleza, en vista de una vida feliz. Sería simplista considerarla como el resultado de una voluntad de poder y dominación. La tecnología, dice Benedicto XVI en la Caritas en la Verdad " es profundamente humana, vinculada a la autonomía y la libertad del hombre. En la técnica se manifiesta y confirma el dominio del espíritu sobre la materia" [Caritas in Veritate, n. 69.]. La tecnología es, por tanto, la fuerza de la organización de la materia por el hombre, como un ser espiritual. El cristiano, por lo tanto, está llamado a comprender la naturaleza profunda, la vocación propia de las tecnologías digitales en relación con la vida del espíritu. Es evidente que la técnica es ambigua, porque la libertad del hombre puede pasar por el mal, pero esta posibilidad sólo revela su naturaleza vinculada al mundo de las posibilidades del espíritu.

La tecnología es una ordenación de la materia para con ello obtener un servicio más adecuado de la misma. Los cristianos estamos llamados a utilizar estas nuevas ordenaciones y sus posibilidades, con el fin de todo medio material: transformar el mundo en le Reino. La tecnología revela su naturaleza vinculada al mundo de las posibilidades del espíritu.

Si estas Navidades ha recibido cualquier elemento tecnológico, no dude en emplearlo para mayor gloria de Dios. Eso es lo que El espera de nosotros.

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